Levantar un muerto
El Brusco nos muestra la historia de Víctor y Juan, dos empleados que trabajan de lo que les pide un jefe al que ellos tratan como omnipresente pero que nunca vemos, como una sombra que les marca el destino Al empezar la función vemos el primer encuentro de los protagonistas a punto de entrar a trabajar en una exposición de cuadros de Caravaggio. Víctor se muestra ansioso e impulsivo. Interroga a Juan, desconfiado, y hace un despliegue de fuerza y violencia para marcarle territorio e incomodarlo para que no le mienta. Juan en cambio está muy contento y agradecido por el trabajo y no se doblega ante la presión, responde con humor y con paciencia. Cuenta que El Brusco lo conoció en la calle siendo adolescente, cuando estaba empezando a hacerles mandados a un grupo de delincuentes contra su voluntad, por miedo. Le advirtió a su mamá lo que estaba pasando y lo alejó de esa situación, y finalmente terminó trabajando para él. La diferencia entre ellos es clara: mientras uno espera la rede...