ACÁ SE PUEDE AGUANTAR UN POCO MÁS

                      


Los Bajos Fondos se desarrolla en una atmósfera atemporal que es imposible de ubicar en un espacio físico determinado pero es completamente asfixiante, incómoda, con una sensación de hacinamiento, de invasión y de peligro. Incluso el ingreso a la sala es desconcertante, pasando entre los personajes que ya están en escena y uno siente que está entrando a espiar, como a escondidas.


En principio inquieta el ruido de la gente trabajando, se tapan las voces y no importa porque, según dicen, los únicos que ameritan respeto son los ricos y los poderosos. Sin embargo, el poder se define de las formas más diversas: por quién habla más fuerte, por quién tiene más opciones a su realidad, por quién tiene más salud, por quién conoce más el mundo, por quién cobra y quién paga. Los verdaderos poderosos parecen ser los que saben la verdad. Sin embargo, nadie le cree a nadie y se enojan cuando no les creen a ellos, haciendo que la verdad se convierta en la moneda más cara.


La muerte es un personaje casi protagonista que no pasa inadvertido para el espectador, está presente en cada escena, se hace visible, acecha. Sin embargo, todos están tan inmersos en sus realidades que no la registran, le pasan por al lado sin inmutarse. La muerte los persigue pero también trae la promesa de una recompensa, del descanso que esta vida prohíbe porque “si en el cielo no hay sufrimiento, acá se puede aguantar un poco más”. Se jactan de ser compasivos pero no tienen idea de lo que pasa a su alrededor y hacen un show de las violencias que los rodean sin intervenir, incluso tratando de exacerbarlas. Las crecientes agresiones generan una hermandad en la hostilidad, pero sin embargo para las autoridades “si se pega es para que haya orden”.

Los roles femeninos son fuertes y determinantes, hacen que la historia se guíe por sus fuerzas y sus deseos imponiéndose de la forma que haga falta. Son inescrupulosas y por momentos crueles, pero también son las verdaderas encargadas de mantener lo que queda de civilización. Logran traer aire a escenas donde la masculinidad se vuelve brutal e insostenible. Los hombres en cambio son como perros acorralados, incapaces de actuar más que por instinto. Su forma más humana se manifiesta en la poesía, en la filosofía, en la música, al punto que es su manera más sensible de impresionar a los otros.

Los Bajos Fondos nos brinda la experiencia de salir desconcertados del teatro, casi sin saber qué día es, cosa que se agradece un domingo a la noche. El trabajo del equipo es impecable, toda la obra es como una coreografía perfecta con una gran predisposición de los cuerpos y un humor muy difícil de lograr.

Otro punto a favor de esta experiencia es que el teatro cuenta con un espacio muy lindo para comer y tomar algo antes y después de la función con precios populares y hay muestras de arte en otras salas para quedarse recorriendo y no volver tan rápido a la realidad del domingo en la ciudad.

 

Teatro del Artefacto- Sarandí 760

Domingos 19hs

Autoría:
Maximo Gorki
Concepción De Escenografía:
Daniel Godoy
Versión:
Daniel Godoy
Traducción:
Tatiana Ivanova
Actúan:
Julieta Álvarez, Juan Pablo Cicilio, Hermes d'Henares, Natalia Fantini, Micky Gaudino, Marcelo Gril, Fernando Iglesias, Silvina Jontef, federico laporte, Javier Menetzian, Juan Manuel Mitta, Aldo Perez, Santiago Safdie, Fernando Skarbun, Eva Zambello, Sergio Zanck
Vestuario:
Daniel Godoy
Escenografía:
Juan Pablo Cicilio, Daniel Godoy, Aldo Perez, Fernando Skarbun
Diseño de maquillaje:
Daniel Godoy
Diseño De Iluminación:
K3studiolighting, Victor Gabriel Olivera
Diseño gráfico:
Daniel Avinceta
Asistencia de dirección:
Alberto Leonelli
Producción:
Cia Teatral Quinto Piso
Puesta en escena:
Daniel Godoy
Dirección general:
Daniel Godoy

 

https://www.alternativateatral.com/obra81136-los-bajos-fondos

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