La muerte del mandato

El Roble es una adaptación de Orlando, la novela de Virginia Woolf que fue publicada en 1928 y tiene una vigencia estremecedora.



Orlando es poderoso, bello y varón. Está rodeado de gente que lo halaga, lo protege y lo atiende. A diferencia de lo que sucede con otras figuras masculinas de poder en la literatura y el teatro, a sus espaldas lo siguen admirando y se preguntan qué se sentirá tener el mundo a sus pies. Sin embargo, consideran que la literatura lo debilita. Orlando sueña con ser reconocido por sus poemas como otros hombres a los que admira. Al intentar entrar en el universo de los escritores es rechazado y humillado. Al conocer personalmente a estos hombres a los que admira se da cuenta de que su naturaleza sensible no tiene nada en común con la de esos hombres groseros y agresivos. 



Finalmente se enamora y cree que encontró su final feliz, pero ella lo abandona. El desamor, lejos de desalentarlo, lo hace escribir palabras tristes y hasta suicidas, que sus acompañantes reconocen que son realmente buenas. La depresión lleva a que lo exilien de la corte y que se vuelva cada vez más hostil con las mujeres.




Se queda profundamente dormido durante siete días, que definen como una muerte. Al despertar, Orlando es mujer. Todos a su alrededor se preocupan porque sea elegante y delicada, lo que le lleva a preguntarse “¿Acaso ahora soy un ser frágil e indefenso?”

De todas formas se presenta al mundo con entusiasmo como Lady Orlando. Se da cuenta de que su sensibilidad encaja más con su nuevo sexo, pero también debe enfrentarse a un mundo que la oprime y le impone mandatos que no sabe si le corresponden. Además, le sacan su título de noble y sus propiedades pasan a sus herederos varones. Orlando opta por la resiliencia y piensa “quizás es mejor ser pobre, débil e ignorante”.



El Roble nos demuestra que hay temas que siguen siendo tan tabúes como en 1928. La moral de esta historia antigua sigue siendo igual de asfixiante en el siglo XXI, destinando por la biología los mismos roles huecos tanto para los hombres como para las mujeres. Nos dejan bien claro que hay identidades que nunca van a poder ser encasilladas porque necesitan la libertad de ser únicas. Sin embargo el elenco logra que todo el tiempo se mantenga el humor, el ritmo y la atención de un público que no sale de su asombro a cada minuto que pasa. El humor es muy elegante, a veces se da por repeticiones, a veces por un gesto, por una referencia fuera de época, pero siempre es efectivo y trae un respiro.

 

Les propongo terminar la semana con esta obra y ojalá arrancar una nueva replanteándonos qué podemos hacer en nuestro día a día para contribuir cada vez menos a la opresión de lxs demás. Definitivamente es para ver, volver a ver y recomendar.



Espacio Aguirre- Aguirre 1270

Domingos 20HS


http://www.alternativateatral.com/obra80278-el-roble


Autoría: Cecilia Meijide

Adaptación: María Fe Bovari, agustina Haurigot Berenguer, Agustina Pérez Abuin, Victoria Racedo

Actúan: Maria Fe Boveri, Verónica Caminos, agustina Haurigot Berenguer, Florencia Kazez, Gisella Missón, Lara Olgiati

Vestuario: Romina Ivanoff

Escenografía: Leonardo Massari

Diseño de luces: Juan Zorraquin

Música: Gaston Fenolio, Agustina Pérez Abuin, Victoria Racedo

Asistencia de dirección: Agustina Pérez Abuin, Victoria Racedo

Dirección: Maria Fe Boveri


Fotos: Emanuel Cruz

Nota: Joy Cantieri


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