Off Man, los últimos días de Philip Seymour Hoffman nos da un punto de vista posible de los días previos a la muerte del reconocido actor. Independientemente de lo icónico de Hoffman, la obra podría hablar de cualquier hombre expuesto a la fama, al éxito, al alcohol y a las drogas.
La sala del teatro Itaca se presta perfectamente para generar una atmósfera de intimidad, casi que se siente como si fuéramos a visitar a un amigo que no quiere salir de su casa, la sensación es de encierro y de una melancolía muy contagiosa que se vuelve colectiva. Inicia con una máscara de goma que es una réplica exacta de la cara de Hoffman y es muy difícil de mirar, al menos en mi experiencia me costaba horrores sostener la mirada en su rostro. Cuando se saca la máscara brinda una sensación de comodidad y alivio, que supongo que vienen con lo tranquilizante de poder ver la sinceridad en los gestos y en su mirada. Yoska Lázaro logra una gestualidad muy impactante por lo parecido con Hoffman, incluso logra los movimientos de un hombre mucho más corpulento. No es una imitación grosera ni caricaturesca, por el contrario, es como si capturara su esencia, como si lograra sacarle la máscara y dejarlo al desnudo en su verdad.
“Tengo un Óscar y soy un drogadicto” enuncia, para romper el hielo. Relata cómo fueron sus recaídas a través de los años y su relación con la fama y con sus propios personajes. Casi que confiesa “Actuar no es divertido porque te importa” y describe hasta qué punto la empatía con sus personajes, el compromiso y la presión por hacerlo bien y con honestidad le costaron la salud y la tranquilidad. Se ve un hombre brillante en público, correcto en entrevistas y profundamente triste en su intimidad. Padece los interrogatorios de la prensa con respecto a la creación de sus personajes porque considera que le arruina la magia a la gente que desea ver al personaje y no al actor.
Hoffman fue encontrado muerto por sobredosis de drogas y alcohol el 2 de febrero de 2014 en Nueva York. Lejos de ahondar lo morboso de su muerte, la obra nos lleva por lo más profundo de su vulnerabilidad, en un fuerte contraste con lo que podemos haber visto de él en la ficción. Se autodefine como un maestro de la farsa y dice que por su profesión le resulta muy sencillo mentir y manipular. Sin embargo, vemos a un padre preocupado por su familia, agradecido por los momentos donde puede conservar la lucidez para estar presente. Vemos a un trabajador que le pone el cuerpo a cada proyecto y lo respeta tanto que no le importa el costo con tal de que salga a la perfección. Vemos a un hombre luchando con sus propios demonios para vivir un rato de “normalidad” y permitirse disfrutar lo bueno que le sucede.
La participación de Fernando Dominguez en el rol de utilero aporta momentos de comicidad y dulzura. Nos brinda un nuevo plano, casi que lo saca de lo onírico y lo trae a lo terrenal, cambia el ritmo por un instante y le brinda al protagonista una ráfaga de ambigüedad entre actor y personaje.
Off man nos propone acercarnos lo suficiente a nuestros propios miedos y angustias, cueste lo que cueste mirar para adentro. Pero ya conocemos el final... y es inevitable.
Itaca complejo teatral- Humahuaca 4027
Sábados 20hs
OFF MAN, los últimos días de Philip Seymour Hoffman en Alternativa. Comunidad en escena. (alternativateatral.com)
Fotografías: Emanuel Cruz
Nota: Joy Cantieri
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