El Bocaenboca

Fantasmas en la máquina es una refrescada de memoria de lo que fue la corrida bancaria a fines de los años 80, aunque podría ser en el presente tranquilamente. Los trabajadores de Pirenaia empiezan el día acelerados pero tranquilos, siguiendo con sus rutinas habituales. En cuanto abren los mercados todo se vuelve incierto y los empieza a invadir la desesperación. Se canceló una visita del FMI y el mercado está muerto.  Mientras están a la espera de que Franco Macri traiga la telefonía inalámbrica, hacen parabólicas con el cuerpo para mantener conectados los cables de los teléfonos. Las deudas los tienen acorralados puertas adentro, y puertas afuera los invade el estallido social liderado por los sectores populares. Toda la obra tiene un ritmo completamente neurótico, frenético. Los personajes explotan de energía para transmitir seguridad y lograr sus objetivos sin que queden expuestas sus vulnerabilidades, pero con el paso de las horas la farsa se vuelve insostenible, se ven las verda