Darle batalla al olvido

Nos arrancaría de este lugar para siempre no nos transporta al pasado, sino que trae la historia al presente, demostrando que la crueldad deja huellas imborrables que atraviesan a muchas generaciones y que tanto el amor como los daños son un irreversibles e inolvidables.

Estamos en un ensayo de una obra, vemos cómo se preparan para salir a escena. Hacen algunas correcciones con un mate a las apuradas de por medio y se proponen algunos cambios en la puesta que se debaten en grupo  y si el grupo los acepta se incorporan a la obra. Este ritual tan artesanal del under teatral se vuelve parte de la historia y nos hace sentir invitados especiales, somos los elegidos para este privilegio de espiar el detrás de escena del acto de magia que será la función.

Pablo y Juana son dos adolescentes muy enamorados que están pasando una tarde de verano abrasadora en una terraza en Mataderos. No pueden sacarse los ojos ni las manos de encima, al punto que aunque son adolescentes tienen planificado casarse. La mamá de Juana les pide ayuda con algunas cosas de la casa y las hacen con mucha torpeza por no poder soltarse ni un segundo, y aunque ella los reta un poco en realidad se nota que la pone muy feliz verlos tan contentos. También se trasluce un poco de miedo, aunque lo disimula, porque tiene que avisarle a Pablo que lo llamaron para ir a combatir en la guerra de Malvinas. Trata de mantenerse optimista y enérgica para contener a Juana, que se derrumba automáticamente ante la noticia. Pablo se despide apurado, como quien va a volver dentro de un rato, para no estirar el momento de la despedida.

El padre de Pablo lo ayuda a armar el bolso con mucho orgullo y entusiasmo, le infla el pecho pensar en su hijo combatiendo para defender a la patria y le prohíbe asustarse o angustiarse, insiste con que tiene que ser un hombre fuerte y estar a la altura de las circunstancias. Pablo trata de conformarlo dándole la razón pero en realidad está muy preocupado y sobre todo lo desespera la idea de alejarse de Juana.


Una vez que Pablo se va, vemos cómo van creciendo los destrozos de la guerra, tanto en las islas como en Buenos Aires. Juana siente que enloquece mientras busca noticias, pero no hay ninguna novedad ni en la televisión ni en la radio. Su mamá intenta ayudarla a proyectar un futuro, por ejemplo le enseña a hacer un postre que le gusta a Pablo para que se lo pueda hacer cuando vuelva. Juana se desquita con ella todo lo que la enfurece y su mamá se mantiene firme mientras ve los estragos que va haciendo la guerra en ambas con el pasar de los meses, mientras se vuelve cada vez más difícil creerle al discurso oficial o tener esperanzas de que Pablo vuelva con vida.

Si bien todo el elenco es BRILLANTE, hay dos personajes que me parece que anclan particularmente la historia en la actualidad. El personaje de Maite Velo tiene una superficie muy humorística y pintoresca en su ritmo, pero con el transcurrir de la historia se le van cayendo capitas que lo hacen cada vez más precioso y conmovedor. Hay algo de la espera de las madres y abuelas de plaza de mayo, siguiendo con su rutina con su pañuelito en la cabeza sosteniendo a su familia mientras se hace eterna la espera del regreso de alguien de quien no se sabe nada, de alguien que desaparece con la complicidad de todos los mecanismos de un Estado que usa los medios para encubrir una tragedia. Se ve cómo su rol de actriz también se ve afectado al interpretar a esta mujer, demostrando que al día de hoy seguimos llevando esa historia doliéndonos en el cuerpo como si hubiera sido ayer. El personaje de Cinthia Guerra, por el contrario, es una villana muy repudiable que hoy nos resulta terriblemente familiar, e incluso por momentos se vuelve inmirable. Es una persona cruel, acelerada, bruta, libidinosa, ciega de poder. Al verla salirse de personaje se la ve más desapegada, lo que nos muestra a alguien muy alejado de ese personaje, que casi que siente alivio al sacárselo del cuerpo.

Nos arrancaría de este lugar para siempre nos muestra que la historia de nuestro país no es simplemente algo que pasó para llegar adonde estamos, sino que el presente fue construido a costa del dolor y el esfuerzo de muchas personas que jamás vamos a llegar a conocer, cuyas vidas seguramente sean muy parecidas a las nuestras. Nos enfrenta al verdadero costo de la espera, de la incertidumbre, de la desinformación y de la crueldad, dejando claro que lo vamos a seguir pagando para siempre.

 

Sábados 18:30 en Timbre 4- México 3554

https://www.alternativateatral.com/obra28188-nos-arrancaria-de-este-lugar-para-siempre

https://www.instagram.com/nosarrancaria.laobra/

 

 

Dramaturgia: Diego Faturos

Actúan: Joaquín Begino LavalleCinthia GuerraJorge LaplaceClara PeláezFederico PereyraMaite Velo

Diseño de vestuario: Florencia Piccilli

Diseño De Iluminación: Iván Nirich

Fotografía: Aarón Wang

Asistencia De Producción: Milagros Cicculli

Asistencia de dirección: Verónica Pagés

Producción: Diego Faturos

Dirección: Diego Faturos

Nota: Joy Cantieri

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