¿Cómo escapar de lo que ya está adentro?
Voracidad es un melodrama lleno de suspenso y horror. Nos sumerge en un mundo de angustia, incertidumbre, rencor y dolor. Nos arrastra a la fealdad, a la oscuridad y a la miseria humana.
Vemos a Gabrielas regresar a la casa de sus padres para festejar su
cumpleaños con su papá. Lo encuentra vestido con la ropa de su madre
desaparecida. “Me pongo este disfraz y siento que ella me saca a pasear”, le
dice sin mayores explicaciones. La historia fluye como una pesadilla: lo que se
proponen hacer nunca se concreta, y en cada intento vuelven a quedar atrapados
en la misma frustración. Oscar le advierte que en el baño están Nora, su
hermana gemela, con su nieta. Está convencido de que esperan el momento justo
para quedarse con su casa y sus alhajas, y asegura que Nora busca ser una sola
persona con él/ella , imitándolo en todo. Entre reproches, pruebas, escenarios
catastróficos e interrogatorios cada vez más retorcidos, su hija trata de
contenerlo con paciencia. Pero cuando queda sola, se desborda: responde a voces
imaginarias y se lastima a sí misma, hasta que su padre reaparece para
consolarla, reiniciando ese círculo atroz.
Cuando la obra parece encaminarse hacia un cierre, el relato nos arrastra al universo de Nora, profundizando aún más la sensación de desesperanza. Este mundo, todavía más monstruoso, no deja lugar ni a la cordura ni a la ternura. Es como una baba filosa, un humo espeso que se mete en el cuerpo y toma todos los sentidos. No querés irte: necesitás ver hasta dónde son capaces de llegar. Y ellos redoblan la apuesta a cada segundo, en cada palabra, con un encanto perturbador exquisito.
Las actuaciones de Facundo Cardosi y Yara Ribas son de otro nivel.
Impecables en ritmo y en precisión, llevan la voracidad al extremo, sin
guardarse nada, son crudos y despiadados. Exprimen el espacio, lo expanden, lo devoran.
Irradian tristeza e incomodidad, sin dejarse afectar por las risas nerviosas
del público, y sin limitarse a la hora de espantar. Sus trabajos tienen ecos de
Gasalla y de Urdapilleta, con el terror de Favio: se arrastran en la
marginalidad, en el miedo a lo cotidiano y alcanzable, en lo atroz de la
superstición y en lo escalofriante de lo que se sabe inevitable.
Con una puesta que desarma la noción de hogar y familia, Voracidad nos
confronta con un horror imposible de esquivar, dejando al descubierto que lo
que más nos asusta es lo que late adentro, en lo más íntimo y cotidiano. Nos
dejan estupefactos tratando de responder a la pregunta “¿Cómo escapar de todo
esto, cuando todo esto ya está adentro?”
Teatro Polonia- Fitz Roy 1477
Sábados 20hs
https://www.alternativateatral.com/obra95947-voracidad
https://www.instagram.com/voracidad_laobra/
Actúan:
Facundo Cardosi, Yara Ribas
Escenografía:
Raúl Antonio
Fernández
Iluminación:
Raúl Antonio
Fernández
Asistencia de
dirección: Cintia Zaraik
Goulu
Nota: Joy Cantieri



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