BORRAR LAS MANCHAS DEL HOMBRE
Salvajada es una historia fantástica basada en el cuento Juan Darién de Horacio Quiroga. Cuenta la supervivencia de un hombre tigre en una sociedad que tiende a destruir a todo lo que sea diferente.
Esta obra
llega en un contexto absolutamente urgente, donde la deshumanización de las
diferencias está arrastrando a la humanidad a su fin o a su “salvajización”.
Juan nace en
la selva de Posadas como un tigrecito. Los lugareños desatan una cacería
alegando una posible invasión animal y este bebé se refugia en la casa de una
mujer que está velando a su hijo recién nacido. Con un conjuro de amor, el
tigre se convierte en humano y logra esquivar su destino de muerte. Ella lo
cría con un amor inmenso, haciendo de su hogar una trinchera contra la
violencia del pueblo que lo agrede y discrimina por ser diferente a los demás
niños. Juan, como lo bautizan, siente una gran predilección por la vida en el
monte, siente que puede ser él mismo rodeado de la naturaleza, que lo abraza y
le da un espacio de pertenencia. Su mamá intenta que viva en la civilización y
le hace prometer que nunca va a pelear con nadie.
Hay una
visión del duelo que atraviesa toda la historia: la madre de juan (interpretada
épicamente desde los huesos por Valentina Bassi) llora a los gritos diciendo
que todo el cuerpo llora, los ojos y
las tetas que no tienen a quién amamantar. Hay un espacio vacío que ella quiere
prender fuego, pero ¿Cómo se puede incendiar el vacío? La pérdida los lleva a
resignificar lo perdido y a ellos mismos, los lleva a ponerse de pie de
inmediato para no dejar avanzar al odio.
Los villanos
de la historia son encarnados por el Messi de los villanos, Carlos Belloso. El
primero es un inspector que logra ser muy gracioso, es un porteño pretencioso
que va a hacer una evaluación a la escuela de Juan. El segundo, en cambio, es
un domador de circo que lo despoja de todo humor y caricaturización. Es
totalmente aberrante, mucho más cercano a los villanos de la vida real que nos
revuelven el estómago y nos ponen los pelos de punta. Cuenta que quiso ser
payaso pero tuvo que dedicarse a otra cosa por negarse a burlarse de los
poderosos. Ambos personajes son completamente distintos incluso desde la voz,
es muy destacable su capacidad de caracterizar a dos personas tan distintas
desde la corporalidad. La respuesta del público es inmediata, se pasa de las
carcajadas al silencio nauseabundo, es muy impresionante de verdad.
La dramaturgia de Mauricio Kartún logra una radiografía impecable de la cultura del linchamiento, del costo del “ojo por ojo, diente por diente” y de la criminalización de la diferencia. Nos muestran cómo algunas personas necesitan hasta mentirse a sí mismas para poder seguir apoyando la atrocidad. Dicen que “donde no ha habido respeto termina habiendo miedo” que es un grito muy necesario desde el teatro en este contexto de pérdida paulatina del pacto democrático.
Sinceramente
no les recomendamos, LES PEDIMOS que vayan a ver Salvajada. Lleven pañuelitos y en lo posible a alguien
para abrazar a la salida.
Teatro Cervantes- Libertad 815
De jueves a domingos 20hs
https://www.alternativateatral.com/obra84693-salvajada
Actúan:
Valentina Bassi, Carlos Belloso, Mónica Felippa, Diego Ferrari, Carolina Guevara, Pablo Mariuzzi, Gustavo Masó, Julieta Rivera
López, Carolina Tejeda, Blanca Vega
Diseño de
vestuario: Alejandro Mateo
Realización de
títeres: Guillermo
Bechthold, Juan Bernabé
Castillo, Jorge Crapanzano, Andrés Manzoco, Manuela Mateo, Francisco Sánchez
Recondo
Música original:
Daniel Garcia
Diseño De
Iluminación: Luis Alberto
Rivera López
Entrenamiento
vocal: Fernanda Lavía
Asistencia de
dirección: Marcelo Mendez, Alejandro
Pellegrino
Preparador Físico:
Marina Svartzman
Producción:
Silvia Oleksikiw, Anabella Iara
Zarbo Colombo
Coordinación
artística: Sergio Rower
Puesta en escena:
Luis Alberto
Rivera López
Dirección musical:
Daniel Garcia
Dirección:
Luis Alberto
Rivera López
Fotos de la página del teatro Cervantes
Nota: Joy Cantieri
Suena fascinante. Por desgracia estoy lejos para poder ver la puesta en escena.
ResponderEliminarQuedará Quiroga, a falta del teatro.